El lunes estuve participando en el Proyecto Cancán de Isabel Caccia.
Desde su invitación, mi aceptación casi inmediata luego de observar su blog y leer algo de lo que nos envió, y leer las imágenes de su blog me sentí convidada a un banquete.
Luego intercambiamos opiniones, la comunicación que salió en los medios me generó confusión, me sembró la duda, por suerte nos dimos lugar al diálogo y al disenso, y construímos algo en común. Decidí seguir participando habiendo puesto en claro mis diferencias pero agradeciendo a Isabel la apertura a compartir el espacio. Sabemos los que vivimos en esta ciudad lo difícil que es trabajar en el campo del arte.
El lunes disfruté las acciones que propuse y mientras las realizaba estuve muy atenta a lo que sucedía, me sucedía, nos sucedía.
Pasaron algunas personas, otras permanecieron ahí, algunas participaron, se interesaron, la mayoría como casi siempre circulaba con indiferencia o brillaba por su ausencia.
Pinté uñas, Ana me las pintó a mí, y usé dos vestuarios diferentes. Soledad me hizo un gran favor que me ayudó a sobrellevar un problema de índole estrictamente femenino.
Seguimos adelante a pesar de nuestros cuerpos o gracias a ellos.
Mi propuesta consistió en realizar una acción adentro de otra acción, como si se tratara de una caja china, o de las mamushkas (creo que así se escribe) esas muñecas rusas que siempre me encantaron desde chica cuando las ví por primera vez en la casa de una prima o no sé dónde. Fue un instante develador que quedó impregnado en mi memoria. Esa belleza encapsulada, y la sorpresa que se sucedía una y otra vez al ir abriendo y encontrando una muñeca cada vez más pequeña e idéntica y diferente a la vez. Una secuencia de tiempo. Una mirada a la generación y regeneración de la vida o del artificio, un juguete precioso. Una metáfora de la genealogía y la pertenencia a una cultura, a un género.
Los invito a sumarse a esta propuesta de Isabel que es original, creativa, propositiva, colectiva, pero no hay que pagar Iva.
Sólo llevar un cancán corrido, o nada, y simplemente pasar y mirar, o participar armando la trama, o estar ausente y también representar así el vacío necesario y sano. Una trama que nos incluye o nos excluye, como la sociedad.
Busqué en la web alguna imagen de las Mamushkas para los que no las conocen y para volverlas a ver yo, y encontré (para variar) mucha información, elegí al azar esta:
Mamushka 1
Mamushka 2
Mamushka 3
Mamushka 4
Mamushka 5
Matrioshka
El nombre correcto es "matrioshka" (матрёшка). Su origen lleva de una muñeca japonesa - una figura del sabio Fucuruma que trajeron a Rusia a finales del siglo XIX (en los años 90). En Rusia la primera matrioshka fue hecha por el tornero Vasiliy Zvezdochkin que hizo de la madera de tilo unas muñecas que se cerraban una en la otra (por su forma matrioshka parecia a la muñeca japonesa, pero no se si la ultima se abria o no). La pinto un famoso artista ruso Serguey Malyutin. La primera matrioshka llevaba un gallo negro en los brazos y era de 8 figuras. Las primeras matreshkas de serie empezaron a fabricar en Serguiev Posad y eran caras. Luego la artesania se traslado a la provincia de Nizhny Novgorog (pueblos Semenovo y Poljov Maydan). Frecuentemente eran unas muñecas de 3 y 5 piezas (en 1913 fue hecha una matrioshka de 48 figuras y parece que es un record). PD: La figura japonesa del sabio Fucuruma si que se abria y contenia unas cuantas figuras mas.
Fuente: Casarusia.com
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