Soñar no cuesta nada

DESEO UNA CASA
Performance de pequeño formato.
María del Carmen Cachin

¡Tenés 34843 oportunidades de inmuebles!
Informa un banner en la versión digital del diario de hoy, sección clasificados.
La vivienda propia es una panacea para la clase media argentina entre la que a duras penas todavía me ubico. ¿Existe todavía la clase media argentina?
Si me guío por mis ingresos mensuales, mi categoría es la de indigente, según los índices del Indec, Instituto Nacional de Estadística y Censos, tan desacreditado últimamente por sus falsos cálculos sobre la inflación y el crecimiento económico frente a la abrumadora realidad de los precios en las góndolas de los supermercados, los reclamos salariales, los piquetes y piquetazos.
Pero conozco la teoría de Bourdieu, sociología para la liberación, entonces me reconozco rica en capital social, en capital simbólico y en capital cultural. Soy indigente y millonaria. Todo es una cuestión de perspectivas, nominaciones , encuadres.
Si fuera indigente quizás el Estado me regalaría una casa, en alguno de los ghetos cordobeses que llama por ejemplo la Ciudad de los Cuartetos. ¡Qué problema!, no disfruto tanto el cuarteto.
Si fuera millonaria no tendría inconvenientes en comprarme la casa de mis sueños. Si fuera millonaria y con conciencia social me compraría la casa de mis sueños y la casa donde ayudaría a realizar los sueños de los otros. Me construiría la casa taller – multiespacio- centro cultural.
Mi salario es en pesos. Los precios de las casas de los clasificados del diario son en dólares. ¿No era que no se comercializaría más en dólares en la Argentina? Ah, cierto, la soja. Los sojeros tienen dólares y compran los inmuebles para invertir en ladrillos. Casi no negocian, me dijeron. Tiki Taca.
Los precios de los departamentos suben por el llamado boom inmobiliario. Pero los que acceden a ese mercado lo hacen para invertir no para vivir. Para vivir de rentas. Y los trabajadores tienen que pagar alquiler. O no trabajar y recibir un subsidio del Estado, tipo Plan trabajar que es para no trabajar. Y te vas a una villa un tiempo, hasta que quizás un día, se les ocurra hacer una autopista, o un shopping y te trasladan a la Ciudad de los Cuartetos, aunque te guste la cumbia.



Acciones:

Sentada en el suelo, con una sombrilla sobre la cabeza.
Leo los clasificados del diario previamente seleccionados.
Juego con caracoles en el suelo.
Me acuesto a soñar. Fin de la performance.

Boceto de acción presentada en el encuentro de artistas con Regina Galindo
Cortesía del registro Paulo Jurgelenas.
Arte digital Carmen Cachin
Centro Cultural España Córdoba
Agosto de 2008