30.6.08

Estuche de Monerías - Proyecto curatorial

Sócrates:

Pues bien; todo el que ha visto y que, por esta misma acción, toma conocimiento de lo que ve, aún cerrando los ojos, conserva recuerdo de su visión, sin tener el objeto a su presencia ¿O no es así?

Teeteto:

Si

Sócrates:

Pero, el que “no ve”, realmente “no sabe”, porque sólo el que “ve”, “sabe”[1]

Desde el año 2000, año del fin del mundo en el inconsciente colectivo, he asistido a numerosas performances y acciones plásticas en la ciudad de Córdoba que por distintos motivos me han interesado. He visto y aprehendido muchas imágenes sugeridas por estas acciones artísticas. Algunas me convocaron a la reflexión, otras a la emoción, al desparpajo, a la experiencia del vacío o del sinsentido, pero ninguna de ellas me dejó indiferente, diría que abrieron un mundo nuevo ante mis ojos. Sin embargo estas realizaciones pasaron desapercibidas para la mayoría de los habitantes de ésta ciudad a juzgar por la presencia de público o por la escasa repercusión en los medios.

Esta propuesta curatorial se funda en las ideas de la donación y el reconocimiento mutuo y se plantea como un ejercicio de memoria colectiva.

Se invita a los artistas participantes a crear una obra objetual de pequeño a mediano formato, única. Objetos que manifiesten preciosismo, academicismo, tecnicismo en su ejecución.

Se trata de piezas únicas, con aura[2]de objeto cultual de la que hablaba Walter Benjamin. Piezas que se presenten como el rastro de una acción anterior, como una actualización de la memoria materializada en objetos artísticos. Cada pieza de la exposición es una huella o mejor una reminiscencia de una acción u obra anterior.

Lo performativo es el tipo de arte que se muestra transpuesto en un objeto tangible, operándose así una inserción de estas obras del pasado reciente en la tradición del arte local sin ser la reproducción por cualquier medio la manera de exhibirlas.

Como si fuera una caja de pandora, un arcón de recuerdos viejos y abandonados que se abre y muestra las huellas, que son recíprocamente los retazos del olvido. El conjunto se constituye como regalos de fiestas –ajenas-, quizás ignoradas u olvidadas. Fiesta en el sentido de donación, parafraseando a Paul Ricoeur se entiende “lo festivo como si fuera la réplica no violenta de nuestro deseo de ser reconocidos”[3] a través de las donaciones que fueron las acciones, economía del don descripta por Marcel Mauss como un fenómeno arcaico. Dichas acciones fueron donadas en un intercambio simbólico, acciones del orden de lo “sin precio” ligado a la idea de la verdad que viene de los griegos. >[4]

Cada pieza se presenta como el souvenir de una fiesta millonaria, a la que los actuales espectadores no fueron invitados o quizás una fiesta a la que los invitados faltaron deliberadamente sin aviso. Un conjunto de objetos preciosos fuera de serie, tan preciosos como un instante.

Se muestra así el lujo mínimo expresado como signo de lo sin precio, lo íntimo, lo reservado a unos pocos participantes de ciertos intercambios simbólicos.

A la manera de un potlach[5] los artistas aquí convocados han realizado sus acciones, intervenciones como actos de donación gratuita, un gasto inútil, el sacrificio de una comunidad que crece casi subterráneamente y que conforma una argamasa, un sustrato auspicioso y promisorio.

La memoria y el olvido como anverso y reverso de una medalla, historia del arte local presentada en imágenes que no son copia ni reproducción de los actos a que remiten. Objetos nuevos que se vuelven presencia de lo ausente re-presentado.

Es preciso decir que los artistas escogidos conforman también un continente de afecto y de experiencias compartidas que favorece la construcción de sentido de pertenencia a un grupo con identidad propia, el deseo de constituir una comunidad activa y potente.

Estuche de Monerías “es para unos entendidos: los atentos” como expresa la artista y docente, integrante del colectivo Urbomaquia Magui Lucero[6].

Ningunas monerías…los objetos son recuerdos aunque no son la impresión en cera de la que habla Sócrates:

Concédeme, para seguir mejor el razonamiento, que exista en nuestras almas una cera apta para recibir impresiones, en unos más abundante y en otros en cantidad menor; concédeme que esta cera sea en unos más pura, en otros más impura, y en algunos todavía más dura o más blanda, o moderadamente participe de estos estados.

Teeteto

Por mi parte concedido

Sócrates

Afirmaremos, naturalmente, que éste es un don de la madre de las Musas, Mnemosyne, ya que para esto cuanto deseamos recordar de todo lo que hemos visto, escuchado o pensado, viene a modelarse en nosotros, como señal de anillos que imprimiésemos en nuestro ser, en esa cera que ofrecemos a las sensaciones y a los pensamientos. Lo que se imprima en nosotros, eso sí que podrá ser recordado y conocido mientras persista su imagen; en cambio, lo que se borre o no logre una buena impresión, eso será olvidado y ya desconocido en adelante. [7]

Pero la memoria es del pasado, los artistas aquí seleccionados presentan la posibilidad de un futuro al menos inquietante. Como dice Ricoeur“¿De qué se acuerda uno entonces? ¿De la afección o de la cosa de la que ésta procede? Si es de la afección, no es de una cosa ausente de la que uno se acuerda; si es de la cosa, ¿cómo, percibiendo la impresión, podríamos acordarnos de la cosa ausente que no estamos percibiendo? Con otras palabras ¿cómo, al percibir una imagen, puede uno acordarse de algo distinto de ella?”[8]

[1] Platón, Teeteto, o de la Ciencia, Prólogo y Traducción del griego por José Antonio Miguez, Aguilar, 164b.

[2] “la manifestación irrepetible de una lejanía (por cercana que pueda estar)” Walter Benjamin, La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica, en Discursos Interrumpidos I, Madrid, Taurus, 1973, pág. 26.

[3]Paul Ricoeur, La lucha por el reconocimiento y la economía del don, Traducción de César Marchesino, en Nombres, Revista de Filosofía, n°21, Córdoba, 2007, pág.24.

[4]Ibidem, pág.22.

[5]Ceremonia ritual de algunos aborígenes de Estados Unidos y Canadá mencionado por Marcel Mauss en su obra “Ensayo sobre el Don” y por Bataille en la Parte Maldita, precedido de la noción de gasto. Consiste en una especie de dilapidación festiva y ostentosa de bienes ofrecidos por un grupo a otro, lo que genera en el grupo receptor la obligación de retribuír en mayor medida la próxima vez.

[6] Magui Lucero, Borrador N°4 Sobre el arte contemporáneo, en Nombres N°21 op. cit., pág. 299.

[7]Platón, Op.Cit. 191d

[8]Paul Ricoeur, La memoria, la historia, el olvido, Fondo de Cultura Económica de Argentina, Buenos Aires, 2004, pág. 35.


Artistas Participantes:

Patricia Ávila, Anibal Buede, Isabel Caccia, Sara Carpio, Cuqui, Fabhio Di Camozzi, Lucas Di Pascuale, Mónica Mantegazza, Sandra Mutal, Mariana Robles, Soledad Sánchez Goldar, Ana Volonté y Karol Zingali.


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