25.10.14
Pedro, tenista profesional
Dos años. Tiraba piedritas con la precisión de un adulto.
Me llamaba la atención esa destreza.
Al poco tiempo corría de acá para allá sin parar, riendo y jugando con su hermana.
Jugaban a las luchitas con el primo, bastaba con saludarse, uno se daba vuelta y ellos ya estaban entrelazados como judokas. Buenos días y otra vez en el suelo, rodando y riendo.
Ahora tiene diecinueve y su pasión por el tenis lo ha llevado lejos.
Viajes, disciplina, entrenamiento y más disciplina.
Amor de la familia y los amigos.
Ayer era un bebé y hoy es un hombre, en un abrir y cerrar de ojos, ahí está, con su metro noventa y pico y sus zapatillas del ¿cuarenta y cuanto?.
Fuimos a ver dos partidos de la Copa Gobierno de Córdoba que se realizó en el Lawn Tenis Club de esta ciudad.
El calor agobiante no amedrentó a los deportistas que pusieron todo de sí para el espectáculo que se disfruta más cuando uno guarda en el corazón un aroma de infancia y momentos compartidos entre familiares y amigos. Imposible no sentir orgullo y alegría.
Al final los más pequeños hicieron fila para jugar con los campeones, modelos de virtudes a imitar, ejemplos para la vida. El premio un tubo de pelotas, sonrisas y una anécdota para contar después con los amigos del club.
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